domingo, 28 de abril de 2013

En Busca del gran cedro


En busca del Gran Cedro
Cuando mi amigo Pedro me comento su idea de subir Beni Hassan, rápidamente recordé un antiguo articulo que hablaba de los Cedros mas septentrionales de África, es una foto realizada en junio de 1928,pertenece a una expedición efectuada por los botánicos españoles P. Font y E. Gros, en la misma, aparecen tres enormes cedros entre restos de otros caídos, el lugar, alguna parte de la cima del Jebel Kelti, esta especie, este majestuoso árbol, que podemos encontrar en el medio atlas y en la zona central del Rif es una gran conifera, lo caracteriza su forma piramidal, su frondosidad, altura, llegando a alcanzar los 50 metros, robustez y longevidad, los cedros puedes llegar a vivir 2000 años, Crean grandes comunidades y ellos mismos hacen propicios los suelos de sus bosques para su subsistencia. Un bosque de cedros esta asentado sobre los desechos de sus progenitores, de los sedimentos que retienen sus hojas, de las partes de las que se desprenden ellos mismos, al morir un Cedral, el suelo se desertiza, la piedra se apodera del lugar, los sedimentos desaparecen, desapareciendo a su vez una gran bio-diversidad, representan un elemento muy importante en la lucha contra el avance del desierto en dirección norte.

Después de estudiar muy bien el terreno, decidimos que subiríamos a las faldas del jebel Kelti, elegimos para tal fin la ruta que desde la carretera N2 que une Tetuán con Chechaouen y antes de llegar al Hamra, se desvía a mano izquierda y nos acerca al Aduar de El Ouadiyine. Desde este punto, primero entre los huertos de esta comunidad y cruzando un pequeño puente,700 metros sobre el nivel de mar a los 1500 en un corto camino. El suelo es extremadamente frágil, las rocas se desprenden a tu paso y la vegetación se agarra a cada grieta que la piedra permite.
llegaremos a Addar aquí comienza una tortuosa subida con un fuerte desnivel.
El desnivel se acentúa, nos giramos y tenemos una perpestiva extraordinaria, todo el valle de los Beni Hassan la carretera que comente al principio con sus tortuosas curvas, las diversas casas que escalonan esta zona, las concentraciones de árboles en zonas habitadas, las terrazas cultivadas por todo el valle. Al fondo, mirando hacia el oeste, Beni Leit y la cordillera del Bouhachen y casi a nuestro lado Tizzi Achcrad, una mole de roca viva.




Continuamos nuestra penosa subida, cada vez más pronunciada, llegamos a pensar que es una pared escalonada y sin fin.
Poco a poco y solo al final se suaviza, lo primero que apreciamos al llegar a la parte alta es un pequeño promontorio vallado con una muralla de piedra, es la tumba de un hombre santo, Sidi Ali.
Aquí comienza una pequeña zona de cultivo, entre rocas, las terrazas conservan una buena tierra, ahora en espera de la siembra, pero ya ha sido preparada para la misma, los terruños de color marrón tierra y las parcelas limitadas por pequeñas murallas de piedras del lugar unas sobre otras, sin mas unión que le equilibrio de las mismas.
Con un pequeño desnivel tomamos dirección sur, un pequeño farallón nos impide el paso, tenemos que esquivarlo por su parte izquierda, casi desaparece el camino pero con un poco de esfuerzo podemos apreciar por donde pasan los lugareños, siguiendo estos pasos salvamos el obstáculo y desembocamos en una zoma mas agradable.
Lo primero que apreciamos es un pequeño cauce a nuestra izquierda, casi sin sendero este cauce es el camino que conduce a Tamelout, maravilloso pueblo en la cara este del Kelti con unas terrazas a la sombra de la montaña que permiten apreciar la buena tierra de cultivo que aquí se asienta, al fondo podemos ver la el paso que llaman Bab Babat.

Nosotros continuamos dirección sur, podemos apreciar un pequeño llano con una gran formación rocosa a nuestra derecha, podemos apreciar los primeros árboles, Quejijos de montaña, arces y cedros.
Avanzamos, el terreno se hace mucho mas agradable, se forma  como un pequeño vallecito, en la parte derecha y en las faldas de este monte, existe un frondoso bosque los cedros son su principal componente, podemos apreciar que algunos son ejemplares muy considerables, verdaderos mastodontes jóvenes con cientos de años.



El corredor se estrecha poco a poco, a nuestra izquierda hemos dejado el sendero que sube a la cima del Jebel Kelti, en otra ocasión lo subiremos, ahora continuamos hacia la zona que llaman Bab Mias, el bosque nos sigue acompañando. Hemos salvado algunos obstáculos, incluido un cercado hecho de ramajes y varas de majuelo, con sus púas incluidas.

En una subida y fuera del bosque, lo vimos, sobresalía de lo normal. Hera un gigante, en esta zona los cedros no suelen ser muy altos, se encojen para hacerse mas resistente a los fuertes vientos que desde la costa azotan esta montaña, pero ha este no le importaba.
Podía tener mas 25 metros de altura, de su impresionante base del tronco con aproximados 12 metros de circunferencia y a unos ocho metros de altura se dividía en una diversidad de ramas, tres de ellas en vertical, podían suponer otros árboles por si solas, estaba de un frondoso impenetrable, muy sano, se apreciaba como se sujetaba a la tierra en una tremenda exhibición de fuerza, un verdadero regalo de la naturaleza.



Continuando nuestro camino, llegamos a un promontorio desde podemos ver Bab Mias, una zona de cultivo de montaña rodeada de un bosque de cedros al fondo y a lo lejos, Jebel Tasot, en Talassentane.



Prácticamente estamos en la parte más alta de nuestra caminata, vemos al sur el Jebel Izmamene y el comienzo de la vaguada que se dirige a Isfasha en el valle del Oued Lau, nosotros tomamos rumbo opuesto,
la vegetación cambia repentinamente, en la bajada predomina el pequeño bosque de carrasca, en su parte alta hemos dejado algunos alcornoques, el camino comienza a tomar una considerable pendiente, debemos tomar toda clase de precauciones, la tierra y roca esta muy suelta, es fácil resbalar y caer.
Comenzamos a ver a nuestros pies nuestro destino, estamos bajando dirección hacia  Tasla, luego nos desviaremos para enlazar de nuevo con la zona de Addar, los aduares desde aquí presentan un aspecto inmejorables, estamos en primavera, los árboles frutales por doquier, higueras, manzanos, perales, árboles para sombra, chopos tiesos como estatuas.
Llegamos al fin de la jornada, entre acequias y cultivos terminamos este día.



lunes, 22 de abril de 2013

Que encontramos en Fath Lemnhar.


Que encontramos en Fath Lemnhar.

Partimos desde el aduar de Beluasene, la pista termina aquí, no se puede proseguir en coche, es un lugar elegido por muchos cazadores como punto de partida, su proximidad a Medik, apenas 10 kilómetros, ha propiciado un importante avance a este lugar, la pista esta en buenas condiciones, apenas quedan casas de las de antes, ahora casi todas comienzan a ser planta cuadrangular, cemento y bloques de hormigón, algunas con dos alturas. Desde este lugar un sendero serpentea por una ladera que poco a poco nos desplaza dirección oeste, la subida sobre un terreno con una base de piedras pero muy frondoso y donde podemos apreciar como los sedimentos entre rocas propicia que el monte bajo tenga una tremenda fuerza, lentiscos, carrascas,  madroños, todos agazapados, bien enraizados, sabedores de la fuerza que el viento de levante debe tener en este lugar.
Conformes subimos, las vistas de la vega de Tetuán son mas detalladas, Cabo negro, Rio marti, Ansa, la antigua muralla de Tetuán, casi inapreciable entre las nuevas edificaciones que miran a los llanos de Manalien.

Hemos subido, después de recorrer 2.7 km estamos a 350 metros, casi de repente, se nos muestra en una pequeña bajada, El Onsar, a primera vista uno piensa que es una visión de cómo podía ser un pueblo morisco de la Andalucía de la edad media. Blanco, retorcido, escalonado en ladera, muy agrupado, con una infinidad de callejuelas formadas entre casas, algunas con techos de metal y paredes encaladas, que en algunas, permiten apreciar debajo de la cal una construcción de adobe como a la antigua usanza. La montaña casi lo arropa, una tremenda mole de roca a su derecha con casi 600 metros de altura la protege del poniente y también la provee de agua. Por doquier encontramos pozos, a la salida del pueblo unas fuentes y lavaderos comunitarios impresionan con sus constantes caños de agua límpida y fresca.

Sorpresa, su entrada contraria es hoy una carretera, de reciente construcción y como complemento de una cantera cercana, este aduar esta comunicado por carretera con Tetuán por la carretera P4701 del Khemis de Anjera. A nuestra izquierda divisamos a primera vista y en un pequeño valle, Oud Lilel, un pequeño aduar que recibe toda el agua que evacua esta zona y al fondo los altos de jebel Dersa.
 

En una corta distancia y antes de entrar en el aduar de El Alaouiya a nuestra mano derecha, una subida nos indica el camino. Es una pista que esta cerrada, se aprecia que apenas transitada, la subida se hace penosa, en algunos puntos se endurece alcanzando un desnivel al 20%.
La vista impresionante, a nuestra izquierda el valle formado por el oud El Khemis,  una estrecha franja que desemboca en Laoucien junto a Tetuan. Llegados arriba, nos volvemos y apreciamos Beni Hassan, Jebel Kelti, Bouhachen.
Delante estamos casi en lo más alto,  trasponemos una pequeña cota y continuamos una subida en un falso llano. Vemos que por aquí bajan las aguas hacia la zona que hemos recorrido antes.
Llegamos a un lugar donde apreciamos que se produce un cambio importante, estamos en el kilómetro 6.7 desde nuestra salida, altura 612 metros, delante de nosotros se abre una meseta, limitada a izquierda y derecha por alturas  que no alcanzan los 700 metros, este valle formado por sedimentos, llano, con bastante agua se alarga casi en 2.5 kilómetros, mirando casi al norte y en dirección hacia el Jebel Haus. 




Totalmente desabitada, solo algunos pastores con sus rebaños, es más, algunos rebaños y ganado sin custodia. Magnifico, no hay ruidos, la vista alcanza solo lo que los límites montañosos te permiten, un par de pozos - fuentes, un suelo húmedo protege una vegetación de supervivencia, pequeñas plantas adaptadas al lugar y algunos majuelos y acebuches es lo mas que apreciamos.











El vallecito termina, tenemos que volver a subir una pequeña estribación y traspuesta esta, una vertiginosa bajada nos lleva al aduar de Kouf el Fouki amplio, limpio, cuidado con abundante agua. Buenas vistas de la restinga, el jebel Negron, Ceuta, hemos recorrido un total de 14 kilómetros.